La historia de la computación comienza con herramientas simples pero ingeniosas. El ábaco, inventado hace más de 2,000 años, fue el primer instrumento que permitió realizar operaciones matemáticas de forma rápida. Aunque era manual, abrió la puerta a pensar en dispositivos que ayudaran a calcular.

En el siglo XVII, Blaise Pascal inventó la Pascalina, una calculadora mecánica que funcionaba con engranajes y permitía sumar y restar. Fue uno de los primeros intentos serios de automatizar las matemáticas. Más tarde, Charles Babbage diseñó la Máquina Analítica, considerada el primer modelo de computadora programable, aunque en su tiempo no pudo construirse por completo.

El gran salto ocurrió en el siglo XX con la llegada de las computadoras electrónicas. La más famosa fue el ENIAC (1945), que pesaba más de 27 toneladas y ocupaba una habitación entera. Aunque era gigantesca, demostró el poder de estas máquinas y marcó el inicio de la era moderna de la computación.